En cuanto a lo literario, Liliana Bodoc utiliza corrientes
estéticas originadas en Europa como el costumbrismo, el realismo y el naturalismo. El costumbrismo se caracteriza por el retrato e interpretación de
las costumbres y tipos del País; lo que hace por lo común la novela
costumbrista es disponer como fondo una sucesión de escenas populares que
resaltan las costumbres contemporáneas, a las cuales esta íntimamente ligada la
trama de la obra. Constituye el punto de partida para el realismo y el
naturalismo que vendrían después. Esta se origino en la primera mitad del siglo
XIX, en cambio el naturalismo y el realismo surgieron a partir de la segunda
mitad del mismo siglo. El realismo apareció cuando los escritores dejaron de
centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y describiendo
objetivamente los problemas sociales; algunas de sus características
fundamentales son reflejar la realidad individual y social, exponer los
problemas políticos, sociales y humanos de la sociedad, mostrar a los
personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc. El
naturalismo se deriva del Realismo. Tenía como objetivo explicar los
comportamientos del ser humano. Se pretende interpretar la vida mediante la
descripción del entorno social y descubrir las leyes que rigen la conducta
humana. Se representan a los personajes en situaciones extremas de pobreza y
marginación, describiendo los ambientes más bajos con el fin de poner al
descubierto las problemáticas sociales.
Ejemplos de estas corrientes en el libro:
• Costumbrismo:
“Veintiseis de diciembre era un buen dia para vender aloe
contra la acidez. Manzanilla contra la inflamación estomacal y romero contra
las espasmos del hígado” (Pag. 81, cap. II)
“Febrero. El carnaval de San Pedro se doraba en ollas repletas de aceite hirviente” (Pag. 109, cap. III)
“Febrero. El carnaval de San Pedro se doraba en ollas repletas de aceite hirviente” (Pag. 109, cap. III)
• Realismo:
“Le humillaron el país leproso donde había nacido. Pero
Colque permaneció callado. Le humillaron la madre que lo pario, india roñosa.
Le desparramaron los yuyos por el baldío” (Pag 104, cap. II)
• Naturalismo:
“Por entonces Ángela ya vivía en su propia tristeza. Una casa
silenciosa y llena de juguetes viejos con los que Ángela tropezaba. Allí vivía
y planchaba sabanas amarillentas…” (Pag. 90, cap II)
Además un
aspecto literario que le da un “toque” argentino a la historia y que sitúa
mejor la época, es el uso del lunfardo. El lunfardo es una jerga originada y
desarrollada en la Ciudad de Buenos Aires, originariamente esta jerga era
empleada por los delincuentes y pronto lo fue por la gente de las clases baja y
media-baja, aunque ya a inicios del siglo XX se expandió a todas las clases
sociales. Parte de sus vocablos se introdujeron posteriormente en la lengua
popular y se difundieron en el castellano de la Argentina y Uruguay. Fue una
nueva forma de hablar, es decir, se seguía hablando español nada más que ahora
era diferente, se mezclaban las palabras de esta jerga con el idioma nacional.
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